NOGALES, Sonora — Después de 17 años de no verse, una madre y su hija se reencontraron. Y aunque hubieran querido abrazarse, el muro que divide a Nogales, Sonora de Nogales, Arizona no se los permitió.
En esta ocasión, solamente se podían tocar los dedos a través de los pequeños orificios que hay en una maya de metal colocada en el muro fronterizo.
Nohemí Larios vive en Tucson, Arizona y está en espera de la residencia legal en Estados Unidos.
Mientras que su mamá, Adela, vive en Nogales, Sonora, pero no puede pasar a Arizona.
Debido a que Nohemí tiene pendiente un proceso migratorio, el jueves le llegó un documento que le permite viajar dentro del país, así que el viernes viajó a Nogales, Arizona para ver a su madre a través del muro fronterizo.
Allí se reunió la familia Larios, ya estaban todos juntos. Después de 17 años, ya no faltaba nadie.
La señora Adela y sus tres hijos, que residen en México, llevaron una bocina para poner música, las canciones de Bronco que le gustan a Nohemí, también lanzaron globos al aire y llevaban un cartel que decía: “Bienvenida chaparrita”, con letras de colores.
Sandra, hermana de Nohemí, dijo estar agradecida con Dios porque les permitió verla, aunque ella hace 3 años que no la veía.
Gerardo, hermano de Nohemí, tenía 15 años de no ver a su hermana y también acudió al encuentro, estaba contento dijo.
Ana tenía 14 años de no ver a su hermana Nohemí y manifestó que estaba muy contenta porque ahora sí ya estaban completos.
El encuentro fue aproximadamente a las 5 de la tarde del pasado viernes en la calle Internacional, a la altura del callejón Hidalgo, a cuadras al oeste de la garita Dennis DeConcini.
Adela tiene 75 años y tenía el temor de no volver a su hija.
"Tenía miedo que Dios me llevara a mí a mi edad".
Pero ese día el temor ya quedaba atrás, ya tenía a su hija frente a ella, tocándose los dedos entre las dos a través de pequeños orificios que hay a través del muro fronterizo.
“Espero en Dios que pueda cruzar para acá para darle un abrazo con todo mi corazón, estoy muy emocionada, llorando de alegría”, dijo Adela, la mamá.
Nohemí manifestó que la gente le preguntaba qué iba a hacer si fallecía su mamá y ella contestaba que, si no la podía ir a ver en vida, ya para que arriesgarse a cruzar; “pero bendito Dios que aquí estoy ya con mi madre en vida” relató.
“Estoy feliz, no lo puedo ni creer”, decía Nohemí.
El viernes 10 de noviembre cumpleaños Nohemí y dijo que va a venir al muro fronterizo para que le pongan a los “taka taka” (así se le conoce a un grupo de dos o más personas que tocan dos o tres instrumentos musicales y cantan).
Se reencuentra una madre con su hija, 17 años después
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