Abraham Tapia recuerda a su primo Carlos Sanchez, como un joven que amaba el fútbol.
“Le daba su 100 por ciento, más que su 100 por ciento”, dijo Tapia. “Era muy dedicado a ese deporte”.
Tapia habló en nombre de los dolidos padres, quienes están de duelo por la pérdida de su hijo.
“Están devastados”, mencionó Tapia. “Están en shock, pero se mantienen fuertes”.
Sanchez, un brillante y popular jugador de fútbol americano era parte del equipo de la preparatoria Moon Valley en el norte de Phoenix. El joven colapsó en el campo después de haber sido impactado durante un partido el viernes y murió dos días después en el hospital.
“Él fue un milagro para mis tíos, porque ellos batallaron para tener hijos”, comentó Tapia.
Después llegaron otros dos hijos para complementar la felicidad, felicidad que se opaca con la partida de Carlitos, como lo llaman en la familia.
Los bomberos que acudieron al campo la noche del viernes cuando Sanchez colapsó, dijeron que había sufrido una convulsión.
Todavía está bajo investigación la razón de la convulsión.
“La informacion que tenemos es que hubo una jugada normal y hubo una tragedia en el curso del partido”, dijo Joe Paddock, el asistente del director ejecutivo de Arizona Interscholastic Association, asociación que supervisa los programas deportivos de las escuelas.
La AIA (por sus siglas en inglés) no es parte oficial de la investigación que trata de determinar si la causa de la muerte de Sanchez fue un golpe recibido durante el juego o alguna otra condición médica.
La familia decidió no hacer comentarios al respecto, prefieren enfocarse en el legado de su hijo. Quien a su corta edad tocó muchas vidas y su generosidad sigue aun con su partida.
Tapia dijo que hace unos meses Sanchez y su padre habían hablado sobre que hacer si algo le pasaba a alguno de ellos. No tenían idea de que tan importante sería esa conversación.
“Ellos hablaron de la donación de órganos por si algo les llegaba a pasar para que él salvara a otras personas y les diera la oportunidad de seguir viviendo, es lo que a él le importaba más”, agregó Tapia.
Los padres honraron el deseo de su hijo y donaron sus órganos. Y dicen sentirse en paz con el deseo de su hijo, ahora que él está en mejor lugar.
Tapia mencionó que Dios es la razón de su fortaleza de la familia en estos momentos difíciles.
“La fe que ellos tienen en Dios, Dios es la respuesta, de que es por el que ellos están ahora fortalecidos. La fortaleza que ellos tienen ahorita es por Dios.
Si desea hacer ayudar a la familia con los costos del funeral, puede hacerlo por medio de una cuenta GoFundMe que se abrió para ellos.