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UN AÑO DESPUÉS: Grabaciones de llamadas telefónicas revelan la crisis por el brote del COVID-19 en Arizona

A un año de que el primer caso de COVID-19 se confirmara en Arizona, 12 News examina como familias sobreviven la pandemia mientras hospitales enfrentan una crisis.

PHOENIX — Cuando Antonio, el padre de Tony Robles dio positivo al COVID-19, el resto de la familia bajo la guardia.

Antonio era un hombre saludable. Tomaba jugos verdes. Caminaba varias millas diariamente por el vecindario. No tenía condiciones preexistentes y solo tenía 56 años.

E incluso después de que Antonio fue hospitalizado, sus proveedores del cuidado de salud pensaban que se recuperaría. Estaba fuerte, y a pesar de las dificultades en el hospital, después de la primera semana de estar allí, parecía mejorar.

Pero Tony empezó a preocuparse cuando su padre tuvo un accidente en el hospital, sus enfermeras y otros empleados del hospital no pudieron asistirlo para que fuera al baño a tiempo y Antonio se hizo del baño.

Fue cuando Tony empezó a grabar las llamadas con los empleados del hospital, preguntando que podía hacer para salvarle la vida a su padre.

Crisis en el Cuidado

El 26 de enero del 2020, el Departamento de Servicios de Salud de Arizona confirmó a la primera persona en Arizona en dar positivo al COVID-19.

Un año después, Arizona ha experimentado cierres, toques de queda, limitaciones en nuestras habilidades de ver a nuestros seres queridos en el hospital, casas de cuidado, todo para proteger a los más vulnerables en nuestro estado y prevenir que los hospitales se saturen.

Aun así, algunos proveedores del cuidado de la salud e investigadores argumentan que las medidas de mitigación que siguen vigentes no son suficientes para combatir la pandemia.

El 8 de julio del 2020, el día en que Antonio Robles fue hospitalizado, más de 100,000 arizonenses habían dado positivo al virus y el estado enfrentaba una guerra sin cuartel ante el aumento de casos.

¿Qué llevó al aumento de casos en el verano?

El primer caso de coronavirus en Arizona fue detectado en enero, pero los esfuerzos mayores de mitigación empezaron hasta marzo del 2020.

El 11 de marzo el gobernador Doug Ducey firmó una orden ejecutiva declarando estado de emergencia en Arizona.

El mismo día, los estadounidenses se quedaron impactados ya que la NBA anunció que suspendería el resto de la temporada 2019-2020 para prevenir la propagación del virus.

Solo nueve casos habían sido identificados en Arizona. Las escuelas cerraron, y se les pidió a los estudiantes que fueran a casa y permanecieran allí.

Para el 18 de marzo, Banner Health, el sistema hospitalario más grande del estado prohibió la entrada a visitantes al hospital. Arizona, al igual que muchos otros estados enfrentaba escasez de equipo protector para empleados del cuidado de la salud, así que reducir la cantidad de personas en los hospitales era crítico, pero un paso doloroso.

El 20 de marzo murió la primera persona en Arizona por el virus.

Para finales de marzo, el gobernador había cerrado bares, gimnasios y salas de cines. Los restaurantes tenían permiso para servir comida por la ventanilla y para que pasaran a recogerla únicamente. El gobernador ordenó a los empleados no-esenciales a que permanecieran en casa.

Muchos empleados del cuidado de la salud estaban consternados ya que hospitales y clínicas tuvieron que parar cirugías electivas. Miles de empelados en el habito de la salud, tuvieron que dejar de trabajar.

Aun así, seguían detectando casos, aunque lentamente mientras que arizonenses reportaban extremos retrasos o errores en rastreo de contactos.

Para el 6 de abril, el estado empezó a dar prioridad a empleados del cuidado de la salud y socorristas para que tuvieran acceso a las pruebas, aunque en ese punto, ya el punto de propagación era considerado “extendido”.

Acceso a pruebas y a obtener resultados a tiempo siguió siendo un problema por semana, permitiendo que el virus se propagara en las comunidades y no se detectara.

El 21 de abril, ADHS anunció que tendrían la línea Arizona Surge Line, una manera para que los hospitales se comunicaran y pudieran mover a paciente a una ubicación con más espacio y el “cuidado de nivel apropiado”.

El 15 de mayo, Ducey permitió que la orden del estado de permanecer en casa expirara, lo que significó que salones, bares y gimnasios podrían abrir con medidas de distanciamiento social. El enforzar esas reglas dependía de los gobiernos locales.

El estado llevaba 13,169 casos positivos al virus y 651 vidas de arizonenses se habían perdido.

En las siguientes semanas, expertos de salud publica vieron a aglomeraciones en bares que acababan de abrir como eventos “de super contagio”, y advirtieron que las aglomeraciones del verano llevarían a un aumento en casos en junio.

Esas predicciones probaron ser correctas.

El sistema se sobre carga

El 1ro de junio, el estado superó los 20,000 casos por coronavirus.

Diez días después, ADHS reportó 10,000 casos más, llegando a un total de 31,264 contagios en Arizona.   

Diez días después de eso, el 21 de junio, ADHS reportó 52,390 casos en total, 20,000 más en solo 10 días y ya habían muerto 1,339 arizonenses.

El 29 de junio del 2020, el gobernador Doug Ducey y la directora de ADHS la dra. Cara Christ anunciaron en una conferencia de prensa que Arizona estaría activando los estándares de crisis en el cuidado. Estos estándares son una lista de guías para ayudar a los hospitales a distribuir recursos limitados.

Y los recursos si que estaban limitados.

Informacion del departamento de salud mostraba que los pacientes de COVID-19 estaban tomando un 41% de las camas en la unidad de cuidado intensivo en todo el estado y solo un 14% de camas en esa unidad quedaban disponibles en el estado.

El gobernador también anuncio que el estado cerraría bares, gimnasios y parques acuáticos.

Para el 1ro de julio, los condados de todo el estado empezaron a promulgar leyes requiriendo tapabocas, aunque no fue una orden que se hiciera a nivel estatal.

Aun así, las hospitalizaciones y muertes siguieron aumentando.

Hospitalizado

2 DE JULIO: Un primer año de matrimonio termina en desastre

William Curby llamó a su esposa a finales de junio para decirle que se sentía mal.

“Estoy enfermo, estoy sudando, tengo mucho frio y no me siento bien, necesito ir a la sala de urgencias. Le dije que esperaba que no tuviera COVID”, dijo la esposa de Williams, Trisha Curby.

Habían estado casados por menos de un año, pero se conocían por más de una década.

“Nos conocimos hace 14 años”, dijo Trisha. “No era buen momento entonces. Aquí estamos 14 años después y hace un año el 1ro de junio (2019) ambos empezamos a buscarnos en el mismo día”.

“En un impulso del momento, nos casamos”.

Su primer año de matrimonio estaba lleno de alegría, pero se acercaba el primer aniversario y Williams fue hospitalizado en Banner Boswell con COVID-19 el 2 de julio. La vida de la pareja les cambiaría para siempre.

Días después de haber sido hospitalizado, Trisha se preocupó de que Williams no estaba recibiendo el cuidado que necesitaba. Recibió un mensaje de texto de el que la dejo anonadada.

“Prefiero ir a casa y morir en paz con mi esposa, ¿de que se trata esto?” dijo Trisha. “La siguiente llamada que recibí fue que el corazón de mi esposo dejo de latir y que se encontraba en un coma inducido y con un respirador.

8 DE JULIO: Dificultad para respirar

Antonio Robles fue hospitalizado en Banner Thunderbird el 8 de julio. Estaba teniendo problemas para respirar y tenía síntomas de COVID-neumonía. Se quejó de un dolor de cabeza, que pueden ser los síntomas comunes del coronavirus.  

Le dieron un suero intravenoso, remdesivir, una variante de Veklury. En ese momento se probaba que remdesivir era prometedor pero imperfecto, un tratamiento experimental para el COVID-19 que la Administración de Comidas y Fármacos había aprobado bajo uso de emergencia para pacientes hospitalizados por COVID-19.

La FDA no aprobaría Veklure hasta octubre del 2020 y en julio el medicamento estaba en escasez.

Antonio Robles empezó a ver que sus síntomas empezaban a mejorar y se encontraba conectado a una maquina bi-pap, todavía se podía comunicar con su familia, pero no se les permitía visitarlo.

13 DE JULIO: Retrasos en pruebas, escasez de medicamento

Helen, la madre de Jason Betyou dio positivo al COVID-19 el 1ro de julio del 2020. Pero recibió resultados hasta 12 días después, el mismo día que fue hospitalizada.

Fue el retraso, teme Jason, eso puedo haber contribuido a que le negaran el acceso a la medicina que su madre necesitaba, remdesivir, cuando fue hospitalizada en Abrazo Arrowhead.

“Siento que mi mamá tenia todo en su contra”, dijo Jason. “Que el doctor dice que cada paciente de COVID debe recibir remdesivir y tenemos eso por mensaje de texto, pero la administración dijo que no mamá no podía recibirlo y eso me mata”.

Según el mensaje de texto que Jason recibió del proveedor del cuidado de la salud de su madre, la administración del hospital Abrazo Arrowhead, establecieron guía que permitiría que se diera remdesivir a pacientes que habían experimentado síntomas por menos de 10 días.

Abrazo Arrowhead no respondió a 12 News sobre su política sobre remdesivir, pero dieron la siguiente declaración escrita, “estamos comprometidos en proveer excelente cuidado a cada paciente de acuerdo al plan de tratamiento que se determina para su condición física y clina. En el caso del Covid, nuestros médicos se basan en recomendaciones hechas por la CDC, FDA y otros expertos que ha publicado guías oficiales”.

“No sabemos que hubiera pasado si lo hubiera recibido y eso me mata por dentro”, dijo Jason.

Refuerzos de fuera 

El 17 de julio, Banner Health dijo en un tuit que traerían cerca de 1,000 enfermeras y terapeutas respiratorios de fuera del estado para ayudar con la escasez de personal.

Y a Trisha todavía le preocupaba que William no estuviera recibiendo el cuidado necesario. Había estado con el respirador desde el 10 de julio y no podía hablar con él ni visitarlo. Su condición empeoraba, ella empezó a buscar alternativas para ver si lo podía transferir a otro hospital.

Buscó en la Arizona Surge Line y encontró que había una cama disponible en otro hospital.

“Se portó muy bien y me dijo que solo tenían dos camas más en Arizona para ECMO o algún tipo de tratamiento experimental. El proceso con Surge AZ fue muy sencillo”, dijo Trisha.

“Pensé que iba a funcionar, que pasaría”.

Tony Robles empezó a preocuparse por su padre Antonio también.

Pero a finales de julio, grabó llamadas telefónicas con las enfermeras y doctores con quienes el y su familia hablaban después de que Antonio se quejara con su hijo de que en ocasiones tenia que esperara más de una hora para que alguien viniera a su cuarto.

“Me dijo, ‘desafortunadamente tuve un accidente y me tuvieron que cambiar. Me dieron ropa nueva”. Le pregunte, ¿tuviste un accidente? ¿Qué quieres decir?” Tony recuerda la conversación con su padre. “Así que les llame y estaba muy enojado, ¿cómo pasa esto? Me sigue diciendo que presiona el botón y que nadie va”.

En una llamada grabada, una enfermera reconoce la frustración de Tony diciéndole, “ya se, es difícil para ellos ir inmediatamente ya que hay muchos pacientes, pero deben acudir en un tiempo razonable”.

Banner Health se reusó en comentar al respecto citando la ley de privacidad del paciente.

En otra llamada, Tony y su familia le preguntaron a un empleado directamente, “¿están sus empleados trabajando demás?”

La enfermera respondió: “Pues, la respuesta es sí, porque estamos en una pandemia y no tenemos camas, no tenemos suficiente personal”.

En otra llamada la familia supo de una visión desalentadora:

“Tenemos doble de camas de ICU para pacientes de COVID de lo que teníamos antes así que de las dos en ICU que teníamos, ahora tenemos el doble de ICUs y la mayoría de COVID. Así que esas enfermeras están atendiendo a tres o cuatro pacientes, pero tienen enfermeras de otros departamentos ayudándoles”.

Antonio quien había estado mostrando señales de mejoría, empeoró. Su récord medico indica que mientras empezaba a superar el virus, desarrolló una severa sinusitis.

En lugar de ser dado de alta, Antonio fue puesto bajo el respirador. Tony Robles empezó a buscar para transferirlo a otro hospital.

A Jason, la condición de su madre Helen empezó a causar la misma preocupación. Empezó a buscar alternativas, tratamientos para COVID-19 y a preguntar que tendrían que hacer para transferir a su madre a otro hospital.

“Nadie quería admitirla en el hospital, y eso me mataba porque tenían este posible tratamiento que podría salvarle la vida, aunque fuera de riesgo, como familia nos comunicamos varias veces y estábamos de acuerdo con el riesgo porque supimos que el no tomar el riesgo nos llevaría a donde estamos hoy”, dijo Jason en agosto. “Ningún otro doctor la atendería”.

Tony, Trisha y Jason intentaron que Antonio, Williams y Helen fueran transferidos a otros hospitales, pero ninguno pudo encontrar un nivel más alto en estándar de cuidado.

Trisha dijo que el doctor de Williams decidió una ubicación alterna que ella identificó el no ser adecuada.

“Así que mi esposo no fue transferido y la cama se ocupó”, dijo Trisha.

“Llame a otro hospital y dijeron que desafortunadamente debidos a que es paciente de COVID no podían hacer eso”, dijo Tony.

El 25 de julio, Antonio Robles murió por complicaciones en el hospital.

Trisha Curby perdió a Williams el 27 de julio.

Helen Betyou continuó luchando por un mes más, pero perdió la batalla contra el coronavirus el 26 de agosto del 2020.

Cada una de estas familias hubiera querido que sus experiencias hubieran sido una advertencia para la comunidad cuando fueron compartidas inicialmente.

Los casos si disminuyeron y se mantuvieron bajos a finales del verano. Por varias semanas desde agosto hasta octubre, Arizona reportó menos de 1,000 contagios nuevos por día.

Pero eso no duró mucho.

La segunda ola

Para finales de octubre, los nuevos casos empezaron a aumentar y lideres de hospitales pidieron más medidas de mitigación.

El 27 de octubre, Banner Health envió un correo electrónico donde decía en parte, “COVID-19 se propaga más rápido que desde junio”, continua, “Podríamos llegar o exceder las cifras de pacientes por COVID-19 que tuvimos durante la ola en Arizona de junio y julio.

Los médicos también daban alerta roja.

“Muchos de nosotros sentimos que estamos gritando al viento y dando vuelta al molino de viento por meses y meses sin ser escuchados y cuando se escucha ya es muy tarde”, dice el Dr. Brad Driefuss, un medico de sala de emergencia y cofundador de HCW Hosted, una organización creada para ayudar a empleados del ámbito del cuidado de la salud durante la pandemia.

“Desmoralizante es la palabra que me viene a la mente cuando tienes un aumento de pacientes y son pacientes enfermos que toman mucho tiempo, resucitaciones que duran horas”, dice Driefuss. “Cambia el estándar de cuidado. Cuando solo puedes proveer un nivel de cuidado que es una fracción de lo que era antes y contribuye a la herida moral. El potencial de errores médicos sube significativamente”.

El 28 de octubre, Ducey admitió en una rueda de prensa que una “tormenta se avecinaba”. No tuvo otra rueda de prensa por casi tres semanas, hasta el 18 de noviembre, cuando abordó moderadamente el tema de la pandemia.

“Las mascarillas sirven, por favor úselas”, dijo el gobernador, mientras que recalcó las medidas de mitigación que actualmente existen, incluyendo distanciamiento social y limitación de capacidad en negocios y escuelas, y habló sobre la guía de salud para reuniones durante el Día de Acción de Gracias.

“Me preocupa el Día de Acción de Gracias. Anticipo que veremos un alza en las cifras de contagios. Anticipamos un incremento significativo de 10-14 días después del Día de Acción de Gracias”, dijo la dra. Cara Christ a 12 News en noviembre.

 Antes del Día de Acción de Gracias, las ubicaciones de pruebas de COVID-19 vieron las cifras más altas de personas haciéndose prueba, presuntamente en un intento por sentirse seguros antes de las festividades. Aunque, las pequeñas reuniones probablemente contribuyeron a el incremento en casos y muertes durante el mes de diciembre y enero del 2021.

Aunque la vacuna dio un poco de esperanza a mediados de diciembre. Pero se ha visto una lenta introducción debido a suministros de la vacuna limitados, hasta el 25 de enero, 460,000 arizonenses han recibido la primera dosis y los casos, una vez más, muestran señales de disminución.

Durante este año desde que el primer caso fue identificado, más de 725,000 arizonenses han dado positivo al coronavirus y más de 12,000 personas han perdido la vida.

Esas pérdidas han cambiado a sus familias, por siempre.

“No quiero que el solo sea un numero”, dijo Trisha Curby.

Exhortación para entrar en acción 

Si usted busca más información sobre como puede planear mantenerse usted y los suyos saludables y seguro, algunos de estos pasos ya los conoce.

Use mascarilla.

Lávese las manos.

Practique distanciamiento social, manteniéndose a varios pies de distancia de otros en lugares públicos.

Para opciones más específicas, HCW Hosted ha creado un “Compromiso de Ciudadanos Saludables” que da pasos detallados si usted y sus amigos pueden establecer una “burbuja social” y hacer un “plan en casa” en caso de que usted o algún miembro de su familia de positivo al COVID-19.

La meta del compromiso es reabrir y re-empezar responsablemente, mientras que se salvan vidas y se detiene la propagación del COVID-19.

Si usted desea compartir su historia con 12 News, hagalo enviando un correo electrónico a enespanol@12News.com

Todos los miembros del equipo de 12 News han estado comprometidos en la cobertura de la pandemia del coronavirus. Los contribuidores en este reporte fueron Roberto Duarte, fotógrafo periodístico y editor de video, Carlos Chavez, fotógrafo periodístico y Phillip Mathews, fotógrafo periodístico.

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