PHOENIX — El pensamiento rápido de un padre de Phoenix salvó a su pequeña hija de ahogarse después de que las zanahorias al vapor se le atascaran en la garganta.
Era la hora de la cena para Blake, de 8 meses. Su madre, Kalin Diroma, la estaba viendo comer cuando vio que tenía movimientos de estómago rápidos y pensó: “Ese es el comportamiento normal de un bebé”.
Blake tuvo arcadas tres veces más y comenzó a ponerse rojo, luego morado, dijo Kalin Diroma.
“La saqué de la silla alta rápidamente, la volteé y la golpeé varias veces en la espalda, pero no funcionó. Fue entonces cuando salí corriendo y llamé a Ryan”, comentó.
Ryan Diroma estaba en el patio trasero jugando baloncesto. Sus cámaras de seguridad captaron cuando Kalin corrió hacia la puerta trasera y gritó: “Ryan, se está ahogando”.
Ryan deja caer la pelota de baloncesto, corre hacia su esposa y agarra a su pequeña hija. Él le da la vuelta y le da palmaditas en la espalda tres veces.
Blake escupe las zanahorias, llora y comienza a respirar de nuevo.
“Una vez que la escuché llorar y vi la zanahoria, pensé, 'gracias a Dios, simplemente evitamos una gran tragedia”, aseveró el padre. “Su cara estaba toda azul. Mi corazón estaba subiendo rapidamente”.
Ryan dijo que no solo se activaron sus instintos paternos, sino también las habilidades que aprendió como salvavidas adolescente.
Kristin Bolick, EMT y voluntaria de la Cruz Roja, dijo que esas habilidades son esenciales para que todos los padres las conozcan.
“Capacítese; No puedo dejar de enfatizarlo”, dijo Bolick.
Si surge una emergencia similar, esto es lo que debe hacer:
Sostenga al bebé boca abajo a lo largo de su muslo. Golpéelos firmemente en la espalda entre los omóplatos cinco veces.
Luego, gire al bebé para que quede boca arriba y colóquelo sobre su muslo. Coloque dos dedos en el medio de su pecho justo debajo de los pezones y presione hacia abajo cinco veces.
Si la obstrucción no desaparece, llame al 911.
Si el niño pierde el conocimiento: acueste al niño y haga 30 compresiones colocando sus manos alrededor de su pecho.
Mire dentro de su boca; si ve algo, use su dedo meñique para quitarlo. Si no ve nada, continúe comprimiendo hasta que salga el objeto.
“No hay nada peor que no saber qué hacer”, dijo Bolick. “Entonces, entrene y en un momento dado el recuerdo se activará”.
Veinte años después de que entrenaran a Ryan Diroma, su entrenamiento entró en acción para salvar a su hija.
“Fue realmente aterrador”, dijo. “Este es nuestro primer bebé y queremos que otros sepan qué hacer para que no ocurra una tragedia”.
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