x
Breaking News
More () »

El último regalo de mi padre nos da fuerza para seguir adelante

Cada momento de nuestras vidas se convierte en recuerdos, recuerdos que darán vida a los que dejamos cuando ya no estamos en este mundo.

PHOENIX — Al llegarse la temporada navideña, en mi familia teníamos una tradición muy arraigada.

Mis hermanos tocaban música para alegrar el ambiente mientras mi hermana se aseguraba de que nuestro arbolito de navidad quedara perfecto.

Mientras que a mi mamá la encontrábamos en la cocina preparando un rico chocolate caliente.

Pero la imagen que nunca olvidare, es la de mi papá sentado contemplando como cada quien contribuía para crear tal recuerdo. Creo que era lo que más disfrutaba.

Mi héroe fue diagnosticado con cáncer de próstata. A mi corta edad yo pensé lo peor, creía que pronto lo perdería a causa de la enfermedad.

Él nunca perdió la esperanza durante esta lucha, sin importar que tan malo fuera el diagnostico en cada visita al médico.

Por casi siete años, mi padre luchó hasta ser vencido por la enfermedad.

Hay un dicho que dice que el tiempo lo cura todo, pero créeme cuando digo que nunca habrá suficiente tiempo para curar tan inmenso dolor. Lo mejor que podemos hacer es aprender a vivir con el.

El primer año sin mi papá fue una de las experiencias más dolorosa de mi vida. Debido al lazo que él y yo teníamos, mi familia sugirió que fuera a consejería para aprender a sobrellevar esa realidad.

Mi consejero me asignó una actividad que me ayudaría a superar mi perdida durante la temporada festiva.

Yo me negué a hacer la actividad sola porque sabía que no era la única que estaba pasando por ese dolor, así que le pedí ayuda a mi familia.

Me dio tanta alegría ver que todos estaban dispuestos a participar aun sin saber cuál sería el resultado final.

Le pedí a cada uno que compartiera conmigo alguna cualidad, frese o recuerdo de mi papá. Escribí esas palabras en pedazos de papel y los puse en una caja, que después forré con papel de regalo navideño.

Se llegó la Noche Buena y les dije que había un regalo muy especial, pero que este sería el último.

El regalo que mi padre nos dejó fue más reconfortante de lo que había imaginado. Eran sus cualidades, sus frases y los mejores recuerdos de lo vivido con él.

Cuando por fin abrimos el único regalo que quedaba abajo del árbol cada quien tomó un papel que tenía escrito lo que todos habíamos aportado y lo leímos en voz alta. Las palabras escritas en esos papeles eran fortaleza, fe, sabiduría, heroísmo, risa, determinación entre otras.

Era un recordatorio para cada uno de nosotros de lo que era su legado.

Durante ese momento tan difícil para la familia, todos teníamos los ojos llenos de lágrimas al terminar de leer cada quien lo que tenía escrito el papel que sacamos.

Los bellos recuerdos que él nos dejó nos han ayudado a sobrellevar las angustias que hemos tenido que superar al no tenerlo con nosotros.

Han pasado ocho navidades sin mi papá y sigo, todavía de pie, todavía luchando, como lo hizo él. Es difícil, en veces exasperante porque sientes que eres la única persona pasando por ese dolor, pero toda la familia siente el mismo dolor.

A diario miro sus fotos y no puedo dejar de sonreír al ver su cabello indomable o de reír cada vez que comparto anécdotas sobre nuestras aventuras. Siempre hay algo que me recuerda a él y eso lo mantiene vivo dentro de mi corazón.

No importa los años que pasen, yo siempre voy a necesitar a mi padre, aunque sea para que se siente a disfrutar ese momento en el que nos juntamos para decorar un árbol navideño.

Al principio yo pensaba que ya no podría ser esa joven llena de vida como lo era antes. Si me divertía, me sentía culpable y me encerraba en mi misma.

Hoy he aprendido a superar esa pérdida y usarla para seguir adelante.

Mi motivación para vivir mi vida y disfrutarla como mi padre lo hizo viene de ese último regalo.

Before You Leave, Check This Out